Contra la biodiversidad


¿Qué actividades humanas atentan contra la diversidad de
especies y ecosistemas?


Varias actividades humanas atentan contra la diversidad de especies en la
Tierra ya sea por su acción directa contra alguna especie en particular, o por su efecto sobre el hábitat de dichas especies.  Entre las actividades humanas que amenazan la diversidad genética, de especies y de ecosistemas se encuentran las siguientes:

La sobreexplotación de especies de plantas y animales - Los humanos
ocasionamos la pérdida directa de individuos de muchas especies para propósitos comerciales, de alimentación o de entretenimiento.  La matanza de elefantes para extraer el marfil de sus colmillos, la sobre pesca de peces y mariscos, y la sobre caza de especies para fines deportivos son causa de la eliminación progresiva de muchas especies y de la diversidad genética que hay en ellas.  En el caso de las plantas, el
sobrepastoreo de ganado en una misma área elimina totalmente el pasto que en ella crece, afecta la sobre vivencia de los microorganismos que crecen en el suelo asociados a este pasto, y afecta la fuente de alimento del ganado.


La alteración y fragmentación de hábitats - Como vimos anteriormente, cada especie requiere un área territorial que provea los alimentos suficientes para garantizar la subsistencia del grupo.  Al fragmentar un
hábitat por la construcción de carreteras, urbanizaciones, centros comerciales y otros, se reduce el área necesaria para sostener al grupo de individuos de una especie dada.  Esto ocasiona una merma en el número de individuos de dicha especie y la eliminación de la
diversidad genética presente en dichos individuos.

La contaminación del agua, el suelo y el aire 
La contaminación de cuerpos de agua reduce la concentración de oxígeno disuelto presente en los mismos y los hace menos viables para sostener una mayor diversidad de vida.  Puede hacerla también no apta para consumo por parte de las especies que de ella dependen, limitando así la
disponibilidad de este recurso esencial.  La contaminación del suelo afecta su capacidad para sostener la vida y limita la diversidad de plantas y de microorganismos que puedan desarrollarse y subsistir en el mismo.  Esto, a su vez, afecta a las especies de animales que se alimentan de estas
especies de plantas y microorganismos.  La contaminación del aire, por su parte, afecta tanto la calidad del agua como la del suelo, ya que los contaminantes presentes en el aire son arrastrados por la lluvia hacia la superficie del suelo y los cuerpos de agua, afectando su calidad.




La introducción de especies exóticas 
La introducción de especies nuevas causa un des balance en el equilibrio del hábitat.  La nueva especie puede competir por alimentos y por 
territorio con las especies nativas, causando que se exceda la capacidad de acarreo del hábitat y que se pierda parte o la totalidad de la población adaptada a él.  Las especies exóticas pueden también destruir o alimentarse de las crías de alguna de las especies ya presentes, afectando significativamente las posibilidades de supervivencia de estas especies.



La domesticación de especies de animales y plantas 
 El proceso de domesticación de especies de animales y plantas comenzó
hace decenas de miles de años en la región de Etiopía en África, cuando los seres humanos comenzaron a cultivar plantas y criar animales para su subsistencia.  La selección de algunas especies sobre otras, y la selección de aquellos individuos de cada especie que fueran más
resistentes a sequías y depredadores, o más
mansos, hizo que se redujera tanto el número de especies como
la diversidad genética de las mismas.  Las especies descartadas
en aquella época bien podrían haber tenido la configuración
genética que se requiere para resistir las enfermedades y
condiciones del presente.  Este potencial genético, sin embargo,
se perdió como resultado de la domesticación.
Otro resultado de la domesticación y de la manipulación de especies por el ser humano es el desarrollo de nuevas enfermedades o de variantes de
enfermedades existentes.  Este es el caso de la enfermedad de las vacas locas que afecta a algunos países de Europa y Sur América, y que se cree que proviene del contenido animal presente en el alimento que se ha venido administrando al ganado para aumentar su contenido proteico.




Las consecuencias de la sociedad de consumo 
Como consecuencia de la industrialización y de las actividades típicas de la sociedad de consumo, como son el uso del automóvil y la producción de bienes haciendo uso de energía proveniente de combustibles fósiles, los seres humanos hemos aumentado la producción de gases de invernadero.  Estos gases (bióxido de carbono, metano y óxido nitroso, entre otros) aumentan la capacidad de la atmósfera para retener calor, y son la causa del calentamiento global.  Los cambios climáticos que se anticipan a nivel global como consecuencia del aumento en la emisión de estos gases de invernadero también tendrán un efecto sobre la biodiversidad de vida en el Planeta, ya que se cree que muchas especies de plantas y animales en ecosistemas acuáticos y terrestres no podrán resistir los cambios que se anticipan debido al alza en la temperatura de sus hábitats.

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